Noa Raja Álvarez, alumna de 4º ESO

El Instituto “El Portillo” de Zaragoza sufre una mala racha. Diversos problemas aparecen y no hay soluciones mágicas pero esto puede cambiar. Cuando todo parece estar perdido, durante los meses de marzo y abril de 2025 se han celebrado las IV Jornadas Antirracistas.

El alumnado y docentes del IES El Portillo (Delicias, Zaragoza) se ven muchas veces sometidos a comentarios de humillación hacia el centro pero… ¿tan malo es? Este centro desde el principio es un espacio seguro y bien ubicado. Muestra diversas actividades, tanto fuera como dentro del horario lectivo como otros institutos pero este centro tiene algo especial. Algo que le diferencia. En pleno 2025 del siglo XXI, los comentarios racistas, de odio y de desprecio se van sumando entre los jóvenes, y aunque parezca que llegará un punto que se dejen de hacer, parece que este no ha llegado.

Este centro lleva creando una dinámica contra estas acciones de odio y racistas cuatro años consecutivos. Esta dinámica es llamada “Jornadas Antirracistas”; como bien su nombre indica no es solo dar charlas con personas especializadas en educación y orientación, ni tampoco es una cuestión de perder clase y mucho menos de estar a la moda, es una cuestión de ayudar a esos alumnos/as que por culpa de la sociedad se ven despreciados solo por provenir de un lugar de origen diferente.

¿En qué consisten estas jornadas? Estas jornadas tienen como objetivo hacer reflexionar al alumnado sobre temáticas relacionadas con el racismo, acercar al alumnado valores antirracistas y construir un ambiente seguro en el instituto. Las actividades que se realizan están organizadas por: Zona Joven El Portillo, Comisión de igualdad del IES El Portillo, Colectivo Kemet, Asamblea Antirracista del IES El Portillo, Colectivo Lefrig y Aula Intercultural.

Aparte de esta jornada, también hay muchos días muy destacables en la línea del tiempo, en las que se tratan estos temas, como por ejemplo el Día de la mujer, Día de la violencia de género, Día de la niña y la ciencia, charlas de mutilación genital femenina (del propio alumnado), encuentros como el de la escritora y traductora Virginia Maza (traductora de un libro, “Entre el amor y el odio”, autobiografía de Philomena Franz, primera persona gitana que contó su experiencia en el holocausto nazi) y otros más.

El porqué este centro hace estas actividades es una forma de ser inclusivo con el barrio y con el propio instituto y mostrar que si cada uno pone su granito de arena las cosas pueden mejorar y llegar a cambiar. Estas actividades deberían ser universales para todos los centros. Las podrían hacer porque ésta ya no es una cuestión de educación pública ni educación privada. Es una cuestión de mejorar a la juventud que viene y que esté concienciada que lo ocurrido en el pasado y lo que ocurre actualmente sea el claro ejemplo de lo que
no se debe hacer.

Para finalizar, días como el de las jornadas antirracistas deberían ser incluidos en más centros, porque la biodiversidad que crea el estar todos juntos es esperanzadora y única, todos al lado de todos somos uno más en el pequeño planeta Tierra.